Para ustedes las valientes
De donde yo vengo los ríos no corren.
Dejaron de correr años atrás.
La codicia y la industria les quitaron el cauce.
El niño y la niña no ayudaron.
La injusticia saturó la paciencia.
La impunidad rebalsó la calma.
Ahora las demandas salpican por las calles.
Doscientos sesenta kilómetros vociferantes.
Ríos de gente fluyendo a media carretera.
No hay represa que los calle.
No hay mina que los entierre.
Atormentan frente a la nueva aplanadora.
Cuatro décadas no callaron.
Cinco demandas que se revuelcan entre los pasos.
De donde yo vengo los ríos no corren.
De donde yo vengo los ríos marchan.