A los 11 meses, le revolvió las entrañas al gobierno.
A los 11 meses, él ya había probado un mes de hospital.
336 días de vida y tres oficinas sin actuar.
A pocas horas sus trapitos médicos ya estaban al sol.
Ni enterrado estaba cuando las culpas empezaron a llover.
Empaparon al gobierno y a la familia.
Empaparon a los doctores y a las ONGs.
Nuestra culpa la llevamos cargando por años.
Nuestra culpa colectiva la seguimos remendando.
#perdónameMaycol porque a tus 11 meses te merecías crecer.
#perdónameMaycol porque nosotros merecemos crecer.
#perdónameMaycol porque los futuros Maycols se merecen la vida.
#perdónameMaycol por no exigir un mejor sistema de salud.
#perdónameMaycol por no actuar contra la indiferencia.
#perdónameMaycol por creerle a los políticos.
#perdónameMaycol por no demandar agua limpia.
#perdónameMaycol por aceptar chapuces y cosas a media.
#perdónameMaycol porque no conociste Guate.
Junto con las culpas se secó el bochorno del pueblo.
Maycol Morales vivió once meses en Guatemala. El falleció en los brazos de su mamá mientras ella y su abuela lo llevaban al hospital. Maycol murió por culpa de una diarrea. Las diarreas son una de las causas de mortalidad infantil prevenibles de mayor prevalencia en Guatemala. Este tipo de muertes no debió de haber sucedido y no debe de seguir sucediendo. #perdónameMaycol es un poema que nos ayuda a no olvidar la muerte de un niñ@.