El recetario parte 6
La reunión del miércoles empezó puntual. En 30 minutos, Marlon logró convencer a su suegro y cuñado de la necesidad de la compañía a expandirse al altiplano. Con precisión en sus palabras Marlon explicó la falta de competencia en el mercado potencial. Presentó un F.O.D.A. bien detallado. Con su discurso, Marlon construyó el pilar perfecto desde el cual él dirigiría las operaciones de expansión. El suegro quedo impresionado por la idea. Inclusive reconoció la evolución de Marlon en la empresa diciendo: «Una idea como esta no hubiera surgido de Marlon un año atrás.» Mientras que el cuñado se sentía amenazado, sabía que si Marlon continuaba con esas ideas le quitaría la oportunidad de ser gerente general de la empresa cuando su padre se retirara. Marlon, había calculado la reacción del cuñado y para neutralizar las posibles tensiones entre él y el cuñado dijo para concluir: «Es para mi un gran honor estar y continuar, por muchos años más, al servicio de la familia Pop Macal.»
En menos de un mes la sala de ventas estaba en operación y a los dos meses la planta de producción estaba en marcha. Durante este tiempo Marlon viajaba entre Totonicapán y la capital. En los fines de semana se dedicaba a cocinar para su esposa. Preparaba comidas de siete platos, desde aperitivos bañados en sal, hasta postres que sudaban manteca azucarada. En estos dos meses de separación, Marlon notó que su esposa bajó de peso. Sin vacilar decidió que era hora del poner en marcha el plan B. El cambio de altitud sería de casi mil metros. Con determinación le anunció a Érica la compra de una casa y asertivamente la invitó mudarse con él a Totonicapán. Sorprendida por el cambio de personalidad que Marlon había mostrado en los últimos meses Érica aceptó. También, le entusiasmaba la aventura de vivir en un lugar desconocido.
A la semana de haber llegado a Totonicapán, Érica había recuperado las libras perdidas y se encontraba en camino a empezar a aumentar de nuevo. La altitud contribuyó al aumento de peso, porque cualquier movimiento era mucho más difícil. La altitud también le provocaba sueño durante el día e insomnio durante la noche. Lo cual Marlon aprovecho para capitalizar y dejarle galletas y pasteles preparados para que Érica refaccionara durante sus horas de desvelo. Los casi tres mil metros de altitud hacían que cada movimiento de Érica fuera acompañado por jadeos y respiraciones profundas. Levantarse del inodoro la dejaba sin aire, comer la dejaba sin aire, inclusive rodarse para salir de la cama le aceleraba el corazón. A Érica ya no le era posible contestar el teléfono. Porque al llegar al aparato ella se sofocaba de tal manera que no le permitía hablar por el auricular.
Sobre «El recetario»
Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causó la nucleación del resto de la historia.
Las otras entradas son estas:
El recetario parte 9, final
El recetario parte 8
El recetario parte 7
El recetario parte 6
El recetario parte 5
El recetario parte 4
El recetario parte 3
El recetario parte 2
El recetario parte 1
Sobre la serie «Historias sin futuro»
Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.
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