Las enseñanzas de papá grillo

Las enseñanzas de papá grillo

Papá grillo le enseñaba a grillar a su hijo sobre una piedra. A media lección grillito le pregunto: –Oye papá, tu sabes por qué esa montaña es roja y aquella montaña no.

—Bueno, miras que la montaña que no esta roja esta cubierta de grama. Pues resulta que la montaña roja se sonroja porque le da vergüenza de estar media desnuda.


Viví un tiempo en un lugar donde las montañas tenían un color rojizo. Una explicación de esta tonalidad en las rocas es el contenido de hierro. Este cuento surge de buscar una explicación que combinara los elementos de la naturaleza que estaba observando o escuchando, la grama, el grillo en la piedra y las montañas.

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

 

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Halterofilia (parte 5, final)

Halterofilia (parte 5, final) — La tijera en practica

El ministro recibió la noticia de la presencia de los manifestantes y excusándose de la reunión en la que estaba. Apresuradamente, camino por el corredor sin responder a las preguntas que le hacían. Al salir de edificio, corrió hacia su carro. Luego, con destreza maniobró su hatchback modificado para competencias de arranques por el parqueo hasta llegar a la puerta de salida. Una reja pesada de más de dos metros de altura lo separaba de la manifestación. El guardián de turno trató de hacerle ver al ministro de que ninguno de ellos iba a entrar. El ministro le ordenó «o abres la puerta o te despido». Sin otra opción el guardia obedeció la orden. Ninguno de los manifestantes entró al ministerio ni tampoco ninguno de los manifestantes abrió paso para que el ministro pudiera salir. Poco a poco el ministro empezó avanzar el carro en dirección a la muchedumbre. Los manifestantes cedieron un poco y le dieron un par de metros al Mazda 121 del ministro. Iba avanzando lentamente hasta que el grito de un joven se escuchó entre la multitud. El ministro le pasó el carro sobre su pie. Los alaridos de dolor hicieron que las personas empezaran a somatar el carro del ministro.  Este entró en un ataque de nervios y continuó avanzando, lastimando a más personas.

El carro logró llegar hasta donde estaba parada Inés. Ella recibió el carro del ministro de frente se vieron el uno al otro como dos vaqueros a medio duelo en una película western. El ministro se detuvo por un momento pero se sintió intimidado por Inés y empezó a avanzar de nuevo poco a poco. Inés le entregó el folder con su papelería a un manifestante que tenía al lado y tomó al carrito por el parachoques delantero levantandolo como si fuera una barra cargada. A ella no le costó alzar el carro hasta su cintura. El ministro presionó de nuevo el acelerador al sentirse alzado. El pánico lo tenía dibujado en su rostro como si fuera pintura de Edvard Munch. Inés reconoció que el carro era de tracción delantera y que al levantarlo impedía que el carro continuara su marcha, pero si lo bajaba el carro la arroyaría. Entonces a Inés se le ocurrió alzar el carro como si fuera una barra de practica. Elevar el carro desde la cintura a los hombros produjo un silencio total en la muchedumbre. El último movimiento, elevar el carro por encima de la cabeza, requería la ejecución de la tijera que tanto había practicado en este tiempo. Las personas que no sabían que el carro estaba levantado a la altura de la cintura ahora podían ver la capota roja del carro por encima de las cabeza del público. Para esto los manifestantes estallaron en porras gritando en unísono «Inés, Inés, Inés…». Mientras tanto las llantas del carro seguían dando vueltas rápidamente.

«Ese carro debe pesar uno 800 kilos» dijo un manifestante.

«No creo que sea tanto, el carro esta modificado para los arrancones. Yo digo que debe pesar unos 450 kilos con él incluido. Lo que sea que pesa ese carro esta debe ser un nueva marca para ella.» Contestó otro.

«¡Gente ponga atención lo que están viendo es un pedazo de historia!» Gritó enfáticamente un tercer manifestante. Inés sabía que levantaba algo pesado, pero no lo sentía tan pesado. Reconocía la dinámica que estaba en juego, la descomposición de peso en sus componentes angulares, justo como lo aprendió en Física Fundamental. Cuanto más lo levantara, menos sería el peso justo debajo de ella. Con esta hazaña fue considerada una vez más como heroína nacional esta vez salvándole la vida a decenas de individuos.


Sobre este fragmento del cuento

Este es el desenlace de la historia Halterofilia. Después de casi un año de estar practicando Inés ejecuta el último movimiento del levantamiento, la tijera, a la perfección. Fue divertido imaginarme este cuento espero que les haya gustado.

 

Las otras partes de la historia serán publicadas el 18, 19, 20, 21 y 22 de marzo 2018 después de las 7 am.  Estos links se activaran una vez las otras partes sean publicadas parte 1, parte 2, parte 3, parte 4 y parte 5. La primera parte fue publicada el 17 de marzo 2018

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

 

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Halterofilia (parte 4)

 

Halterofilia (parte 4) – La halterofilia gana medallas

El plan de entrenamiento de Inés estaba funcionando. Llevaba 6 meses en ello y ya había mejorado su marca por 12 kilos. Si continuaba con esta trayectoria estaría levantado 25 kilos más que su récord mundial. La concentración de Inés estaba dirigida a su entrenamiento y su dieta, pero presentía que existiría un problema con la papelería que los representantes oficiales tenían que presentar. La atención de los medios ya había disipado y las promesas de apoyo de presidente y el ministro cultura y deportes nunca se concretaron. A los seis meses de que empezaran los juegos olímpicos se aseguró que el Comité Olímpico Nacional tuviera todo lo que necesitaban de ella. A los tres meses de la inauguración de los juegos olímpicos, Inés empezó a preguntar en el Ministerio de Cultura y Deportes si habían firmado el acuerdo ministerial que autorizaba el envío de los atletas a China. La respuesta que recibió por dos meses fue que estaban esperando la aprobación del Ministerio de Relaciones Exteriores. Sus presentimientos se convirtieron en realidad cuando un reportero del China News le preguntó por Twitter porque su nombre no estaba en la papelería presentada por Guatemala. El reportero escribía una nota de los atletas que perderían la oportunidad de competir en esta versión de las olimpiadas. Inés sintió como si el Pacaya estuviera en erupción. Al darse cuenta que ella no sabía de que su nombre no estaba incluido el reportero le indicó que todavía se puede hacer adendas a la papelería presentada, y le aconsejaba que se comunicara con el Comité Olímpico que la representaba. El presidente del Comité Olímpico de Guatemala, Ernesto Montufar, le indicó que en efecto su nombre no estaba en el listado y que cuando él preguntó al Ministerio de Cultura y Deportes por qué no fue incluida le dijeron que fue por falta de fondos, que la tuvieron que cortar del listado para poder darle oportunidad a una persona más de la comitiva de la selección de fútbol. Frustrada por su noticia Inés escribió un tweet anunciando la repuesta de Ernesto Montufar. El influencer que causó el revuelo inicial por el internet contesto al tweet y esto potenció a que muchas personas más reaccionaran. Inclusive Marcela, la muchachita que se tomó una foto con la medalla de Inés, con la ayuda de su mamá gravó un pequeño vídeo diciendo «halterofilia gana medallas, el fútbol no tiene agallas». Reporteros de los periódicos principales tomaron la noticia y descubrieron que en la comitiva de la selección de fútbol incluía hijos y esposas de personajes importantes en el Ministerio de Cultura y Deportes. Estos reportajes iniciaron una reacción en cadena que involucró a la Contraloría General de Cuentas, el Ministerio Público acompañado de la CICIG y la Procuraduría de los Derechos Humanos. Por otra parte, el público empezó a organizar una protesta frente al Ministerio de Cultura y Deportes. Inés inadvertida llegó al Ministerio el mismo día de la protesta, buscaba conseguir la firma de autorización del ministro para el adenda que le permitiría ir los juegos en Beijing. Los asesores del ministro desestimaron la magnitud de la protesta y continuaron con el día como estaba programado y solo se dieron cuenta de su error cuando ya era muy tarde y las oficinas del ministerio estaban cercadas por casi 2 mil individuos.


Sobre Halterofilia (parte 4) – La halterofilia gana medallas, el fútbol no tiene agallas

Esta es la presentación del problema en la historia. Las partes anteriores las utilicé para crear una conexión con la protagonista ahora tiene que aparecer la razón de la existencia de la historia.

Las otras partes de la historia serán publicadas el 18, 19, 20, 21 y 22 de marzo 2018 después de las 7 am.  Estos links se activaran una vez las otras partes sean publicadas parte 1, parte 2, parte 3, parte 4 y parte 5. El 17 de marzo 2018 se publió la primera parte.

Sobre la serie «Historias sin futuro»

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Halterofilia (parte 3)

Halterofilia (parte 3) – Rutina de entrenamiento

El mismo día que Inés regresó, ella empezó a prepararse para las olimpiadas del siguiente año colectando vídeos de sus contrincantes en acción. Ella debía estudiar las capacidades de sus potenciales rivales en la siguiente competencia. Le quedan casi 400 días para preparase para los juegos olímpicos de verano en Beijing. No tenía tiempo que perder. Al primer mes ya tenía su rutina de entrenamiento lista esta estaba diseñada para aumentar su capacidad y refinar su técnica. Inés estaba consciente de que podía mejorar su levantamiento por fases si perfeccionaba la recuperación después de llevar la barra hasta los hombros en el movimiento inicial. Hasta el momento le funcionaba la ejecución de su levantamiento pero reconocía que no era perfecto y que tenía amplio espacio para mejorar.

Al enterarse de la hazaña de Inés el presidente la invitó a una conferencia de prensa junto con el ministro de cultural y deportes. Esta conferencia de prensa estaba más orientada a salvar la imagen del presidente por el momento de vergüenza que pasó al no saber de lo que le hablaban cuando un reportero le preguntó sobre el nuevo record mundial de halterofilia. En el internet llovieron memes burlándose del presidente. Hasta en Rusia empezaron a utilizar la cara que puso del presidente en sus memes. El primer meme fue con la cara que hizo cuando le preguntó de vuelta al reportero «¿Haltero… qué?». El reportero aclaró su pregunta «Sí. Halterofilia. Levantamiento de pesas. ¿Qué piensa usted del nuevo record mundial de halterofilia?» La cara que puso el presidente, esta vez claramente irritado porque le preguntaron algo supuestamente irrelevante, fue galardonada con un meme burlón por las masas creativas del internet. El sagas reportero entendió que el presidente no estaba enterado del nuevo record mundial y la medalla de oro de Inés y aprovechó para contarle a manera de pregunta. «¿Qué tipo de apoyo le dará su administración a la nueva campeona mundial de halterofilia, la jovencita guatemalteca de 19 años, dueña del nuevo record mundial? La cara de asombro al enterarse de que una joven guatemalteca acababa de obtener el record mundial fue la fuente del tercer meme que le sacaron al presidente. La vergüenza nacional fue tal que obligó al presidente realizar la conferencia de prensa donde le prometió cubrirle todos los gastos para su viaje a las olimpiadas en Beijing, apoyarla durante todo su período de entrenamiento e hizo jurar al ministro de cultura y deportes que le patrocinara el mejor entrenador que pudiera conseguir. Al obtener la medalla de oro en Houston Inés automáticamente clasificó para las olimpiadas, solo faltaba que el gobierno presentara su papelería completa junto a la del resto de deportistas que enviaría a los siguientes juegos.


Sobre Halterofilia (parte 3) – Rutina de entrenamiento

La determinación de Inés para mejora y alcanzar la medalla de oro en los juegos olímpicos esta clara. Su rutina de entrenamiento la ha llevado a mejorar su marcas.

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Halterofilia (parte 2)

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Halterofilia parte dos – Seleccionada nacional

Inés tenía 14 años cuando vio por primera vez la halterofilia como deporte. Era el cumpleaños de su tío Ignacio y celebraban mientras la televisión mostraba las olimpiadas. Inés se detuvo frente al televisor viendo la competencia de levantamiento a «envión», donde Lidia Valentín se preparaba esparciendo polvo de magnesio en sus manos antes de su levantamiento. Lidia alzó la barra por encima de su cabeza sin mayor dificultad y luego la dejó caer. Viéndole la cara de duda y fascinación a Inés, el tío decidió recrear este deporte olímpico en el patio. Los jóvenes se clasificaron por edades y escogieron los países que representarían en este simulacro de competición. Los primos y hermanos rápidamente se seleccionaron los países occidentales, unos decidieron representar a países del bloque soviético. Cuando le llegó el turno de escoger Inés simplemente dijo: «Guatemala».

Esta respuesta  dejo asombrados a sus familiares con su simple y obvia selección. Al escuchar esto y reconociendo la capacidad de Inés de acarear bultos, su tío le dijo: «Si le ganas a todos, la próxima vez que vayamos a la capital, te prometo que te llevo a la Federación Nacional de Levantamiento de Pesas para que hagas unas pruebas. Si te va bien hasta te eligen como seleccionada nacional». Inés tomó estas palabras como una promesa sin relevancia. No era que no creyera en su tío, sino que era tan raro que fueran a la capital.

Cuando Inés regresó de Houston ella no esperaba un gran comité de bienvenida. Tampoco esperaba que su familia estuviera aguardando su llegada. Lo que si encontró fue a una niña de diez años que se enteró del logro de Inés cuando realizaba su tarea sobre las olímpiadas. Ella y su mamá esperaban a Inés en el aeropuerto. Llevaban medio día comiendo ansias porque no sabían exactamente en que vuelo venía. Cuando la pequeña, Marcela, la vio no se pudo contener y empezó a gritar de la emoción. Estos gritos llamaron la atención de la gente que al ver la medalla de Inés le empezaron a tomar fotos.

Una de estas personas, un reconocido influencer en el internet, capturó en vídeo el momento en Inés se quitó la medalla y la colocó en el cuello de Marcela, para que ambas posaran en una foto. Este simple acto de simpatía hacia una fan, arrasó con el internet. El público local la empezó a reconocer como la nueva heroína del país y el público internacional quedó admirado del poco apoyo que Inés recibió de sus connacionales y su gobierno a pesar de que rompió un récord mundial y ganó la medalla de oro.


 

Sobre Halterofilia – Seleccionada nacional

En esta parte se narra el origen de la protagonista y su trayectoria hasta convertirse en heroína nacional. Siento que el momento clave de esta parte es cuando Inés se quita la medalla para prestársela a Marcela. Este momento de simpatía hacia una fan, pinta de una manera colorida la forma de ser de Inés.

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Halterofilia (parte 1)

Halterofilia (parte 1)

La noticia de que Inés logró romper el récord mundial de levantamiento en Houston no fue publicada ampliamente en los periódicos locales. Y ningún noticiero televisivo consideró relevante la existencia de una nueva marca en la Federación Mundial de Levantamiento de Pesas. Para Inés romper este récord no fue la gran cosa, este logro era 10 kilos menor que su marca personal. El nuevo record de halterofilia llegó a los 480 kilos totales. Inés levantó 230 kilos en la modalidad de «arrancada» y 250 kilos en la modalidad de «envión». Al ver que las competidoras incrementaban el peso kilo a kilo Inés decidió aumentar cinco kilos de una vez. Con esto buscanba darles un golpe desmoralizador a sus contrincantes. Esto era un juego de póker que se jugaba con el historial de la competidora y su lenguaje corporal. La mano que le tocó a ella era una mano difícil de jugar demasiada duda o confianza desmantelarían su plan.

Inés Ruchuk’a’ era nueva en estas competencias internacionales pero no era una competidora novata. Toda su vida competió contra sus hermanos mayores para que la trataran como igual. Toda la vida había demostrado que no era una mujercita delicada y que podía lograr lo que mismo que otros hacían. Desde temprana edad Inés acareaban quintales[1] de maíz o café para llevarlos a vender al mercado y mientras sus hermanos sufrían cargando un quintal ella lograba acarear dos a la vez. Esto significaba que ella podía cargar su propio peso dos veces y 75 libras más.

[1] nota del autor: aquí me refiero a los quintales de 220 libras.


Sobre Halterofilia

Escribiendo halterofilia me llené de perlas de conocimiento inesperado. Para empezar aprendí sobre los detalles del deporte de levantamiento y sus dos modalidades: «arranque» y «envión». Es mi entender que me desvío de las reglas de competencia cuando la competidora aumenta 5 kilos de una vez. El apellido de Inés Ruchuk’a’ significa su fuerza en kaqchikel. Por último, aprendí que hay varios tipos de quintales que pueden pesar 100 lb, 112 lb, 50kg o 100kg.

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Esperando el paso del tiempo

door and a chair

Esperando el paso del tiempo

Remojado en una salmuera de intenso aburrimiento él alternaba entre estar despierto y dormir. Pasó la mañana entera frente a su casa. De vez en cuando interrumpía su estado letárgico para tomar agua o comer un bocado.

Recostado esperaba el paso del tiempo. El constante circular de las moscas sobre su boca y nariz no le perturbaban su estar. Lo observé detenidamente por un tiempo, porque me preocupaba que no estuviera vivo.  El único movimiento que tuvo durante mi tiempo de observación fue bostezar. Todo esto cambió en un instante. Su cola se movía como la aguja de un sismógrafo en pleno terremoto oscilando en reacción al regreso de su amo.


El perro del vecino ha sido objeto de mis observaciones en varias ocasiones mientras los dos estamos esperando el paso del tiempo. En realidad me gustaría saber que es lo que piensan los perros. No para tener una conversación con ellos, para eso están los humanos, más bien para lograr anticipar sus ideas, sus acciones, y ser un mejor amigo para ellos.

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La mano en el pasamanos

La mano en el pasamanos

El nudillo rojo llamó a mi ojo por su nombre. Le obligó a que le pusiera atención a esa mano de entre el manojo de manos que sujetaban el pasamanos. Pobre nudillo verlo daba lastima y lastimaba. Pensé que a ese nudillo se le atravesó una masa contundente: un mentón, una puerta o un saco de boxeo. Esto lo desconté porque noté la falta de moretes en el resto de los nudillos.

Por un instante la mano extendió sus dedos, agitándolos como anemonas en el mar, buscando relajar los músculos que tensaban su agarre. Fue entonces cuando noté que su antebrazo era velludo. Tan velludo que uno esperaría encontrar pelos emanando por las uñas, pero no logré ver alguno en la parte del puño. Cuando los dedos estaban extendidos noté una ampolla en el centro del nudillo rojo. Fue entonces cuando se me ocurrió que la mano pertenecía a un cocinero. La falta de vellos en la parte de atrás de la mano se explica por su acercamiento a las flamas de la estufa y la ampolla del nudillo debió ser una quemadura menor causada accidentalmente. La última observación que apoya esta inferencia fue revisar sus zapatos, unos suecos de plástico, cubiertos por una capa mugrosa.


Este pequeño relato surge cuando me vi la mano en el pasamanos mientras bajaba unas gradas. Me extraño el nudillo rojo. La ampolla que noté cuando estiraba mis dedos me hizo recordar que me había quemado preparando la cena la noche anterior.

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Limón

un limón rodeado de mandarinas

Limón

Al verle el limón en la mano supe que él padecía de pie de atleta.

Explico mis inferencias:

  • Hoy, así como en los últimos días, él usaba sandalias sin calcetines. Una proposición débil si se considera que estamos en la mitad del verano.
  • Junto al plato con la otra mitad del limón no había otro alimento. Yo siento que el limón es un condimento que acompaña otras comidas. Claro, a veces se consume como fruta, pero es raro.
  • El otro día sentí que era coincidencia haberlo visto ponerse calcetines nuevos frente a su casa tres días seguidos. Esta observación la había desechado al incluir en mi postulados que los calcetines nuevos vienen en paquetes. Tuve reconsiderar esta observación al recordar una de las recomendaciones para curar el pie de atleta es usar calcetines limpios.

La proposición que confirmó mis inferencias fue verlo echarse el limón entre los dedos del pie. Ahora solo espero de que este hongo no sea persistente porque eso puede se indicativo de azúcar elevada, pero dejaré esta inferencia para después.


Todo esto esta basado en mi meme, que dice: “el limón cura el pie de atleta”. Esta construcción lógica tiene ese postulado como base, el cual sino tiene traducción cultural estaría completamente equivocado.

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La silla

La silla

Ella se mecía, inadvertida del sonido castigador que producía. El chillido constante emanaba de la silla con cada reclinación. Irrumpiendo en la paz de los oídos de cada persona en la sala de espera. Era como si Júpiter castigara su tímpanos con descargas eléctricas, truenos y estruendos. El sonido se interiorizaba en los cuerpos repercutiendo en los hígados de los presentes, tal martillos trabajando sobre el yunque. Esto afectaba a todos por igual, jóvenes y adultos, pacientes, enfermeras y recepcionista. Todos se tragaron la amarga bilis porque entendían que era una madre meciendo a su bebé recién nacido porque era mucho mejor su calma que su llanto agudo.


 

Hay momentos donde uno se aguanta solo y otros donde uno se aguanta en grupo. En esta ocasión el grupo también reconoció en conjunto que las alternativas eran mucho peores. Todo este entendimiento se dio de una manera tácita.

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