Fría como el hielo parte 1

Fría como el hielo parte 1

Después de ir cuesta arriba todo el día, siguiendo el camino polvoriento Don Shannon había llegado a las nubes. Bueno, estaba entre las nubes. Su travesía había empezado temprano, de madrugada y después de casi diez horas de camino era hora de sentarse a descansar por un momento. A Don Shannon le faltaba poco para llegar a de su destino; buscaba alcanzar el bosque nublado en la cima de la Sierra. El ver las nubes, cuesta abajo siempre le recordaba los comerciales de camas que anunciaban la aparente suavidad de sus productos, estos comerciales nunca convencían a Don Shannon. Él sabía que las nubes estaban hechas de vapor. Él había visto como las nubes peinaban las hojas de grama en la cumbre de la Sierra. A pesar de esto, la metáfora de la suavidad de las nubes inspiró a Don Shannon a preguntarse en voz alta:

—¿Cómo sería tomar una siesta en las nubes? ¿Será sobre las nubes o en las nubes? Sería «en las nubes» si estuviese fuera de mis cabales—. Se contestó a si mismo con una sonrisa.

Don Shannon acomodó un par de piedras en el suelo y las cubrió con su morral. Él buscaba descansar su cabeza a lo mejor lograba tomar una siesta antes de continuar su camino. De repente escuchó el sonido de pistones y válvulas hidráulicas que provenían dentro de la nube que se avecinaba. Don Shannon se ajustó las gafas. Volteó a ver su alrededor para cerciorarse de lo que estaba sucediendo no era un artefacto de su imaginación o una broma muy elaborada.

—Ahora sí que estoy en las nubes—. Se dijo Don Shannon mientras veía como el contorno de la nube se desfiguraba dando paso a una escalinata más blanca que la nube. De ella un individuo descendía. Él era parte bello y parte bestia, parte natural y parte sobrenatural.


Sobre «Fría como el hielo»

Desde pequeño la canción «Fría como el hielo» de Foreigner me ha gustado, no sé porque. Cuando escribí este #cuento tenía en mente un bosque nuboso. Ver las nubes pasar peinando una montaña boscosa te hace sentir piojo. Lee las otras entregas de este cuento:

 

Fría como el hielo parte 4 final

Fría como el hielo parte 4 Don Shannon sintió que le hacia falta una almohada. —Disculpa —dijo Don Shannon— tienes ...

Fría como el hielo parte 3

Fría como el hielo parte 3 La nube era de un solo piso en forma ovalada. A un costado se ...

Fría como el hielo parte 2

Fría como el hielo parte 2 La Bella Bestia empezó a descender de la nube utilizando la escalinata. Sus alas ...

Fría como el hielo parte 1

Fría como el hielo parte 1 Después de ir cuesta arriba todo el día, siguiendo el camino polvoriento Don Shannon ...

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

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La bola de sentimientos

La bola de sentimientos

El hígado se me hincha dos veces.
Se me hincha del enojo que surge de la impotencia.
Se me hincha al escuchar las mentiras del presidente, el congreso, y de los encargados de la coordinación.
Pero decido concentrarme en ver como apoyó y en no permitir que los corruptos nos echen gol mientras estamos lesionados.

 

Los ojos me lloran muchas veces.
Los ojos me lloran al ver la desfachatez con la que el diario pública la desgracia.
Los ojos me lloran al ver la valentía de los rescatistas.
Los ojos me lloran al ver la carencia de los rescatistas.
Los ojos me lloran al ver la empatía de los rescatistas.
Pero decido secármelos para poder asegurarme que los rescatistas están descansando, se están alimentando y que Guatemala los están apoyando.

 

El alma se me desinfla hasta casi colapsar.
El alma se me desinfla al ver que las listas de hospitalizados aumenta.
El alma se me desinfla al ver que sobre las ceniza cae la lluvia.
El alma se me desinfla al ver niñas separadas de sus familias.
El alma se me desinfla el alma al ver que en medio de la tragedia le congreso busca su impunidad.
Pero decido soplarle esperanza a mi alma para que aguante un poco más, para que aguante hasta que esto se calme y así poderle gritar al presidente y al congreso: #renunciaya


Sobre «La bola de sentimientos»

Me ha tomado un tiempo lograr plasmar mis sentimientos por escrito. Ha sido difícil para mi observar a distancia las situaciones difíciles creadas por las erupciones del volcán de fuego, magnificadas por la ineptitud del gobierno y aplacadas las demostraciones de empatía guatemalteca. Ahora decido que es necesario ejercer mi derecho de protesta, de libre expreción.

Se que esta no es la última tragedia que Guatemala sufrirá, pero si espero que sea la última que tenga que coordinar este gobierno (ejecutivo y legislativo) mentiroso, inepto y descarado.

El recetario parte 9, final

El recetario parte 9

Le tomó las muñecas, colocándole los pulgares sobre la región del pulso. Meticulosamente calculando la venida del orgasmo. Llegó el primer orgasmo y nada; el corazón de Érica continuaba latiendo sin problema. Marlon continuó con su labor imaginándose su fichero de recetas. Con cada empuje pélvico que daba cambiaba de receta. Vio en su mente más de 450 recetas, recordando día que las sirvió. Un año y medio de historia culinaria que lentamente asesinaban a Érica.

Al llegar el tercer orgasmo de Érica, Marlon se dio cuenta que el plan C no iba a tener efecto. Fingió terminar y se tumbo junto a ella. Un sentimiento de frustración combinado con enojo invadió a Marlon. Este coctel de sentimientos causó que una lágrima corriera por su mejilla. Érica notó la lágrima y la consternándola. Tratando de evitar las preguntas que vendría, Marlon se incorporó dirigiéndose al baño para ocultar su cara delatora.

Al regresar, mientras Marlon se ponía de vuelta las pijamas. Érica por primera vez en muchos años le hizo varias preguntas que, según Marlon pudo percibir, honestamente indagaban sobre sus sentimientos. La secuencia de preguntas trataban de comprender, la lágrima, su cambio de personalidad, su fascinante atracción por la cocinar, y por último el juego de golf que organizó para la familia.

Al verse sin más planes decidió dar una respuesta honesta. Érica esperaba con atención, postrada en la cama. Mientras Marlon se acercaba a encender la lámpara a su lado de la cama empezó a responder. Narró los 11 años 5 meses y 3 días de matrimonio torturador. Explicó la razón de sus recetas. Habló del estudio que relacionaba las grasas saturadas, sal, hipertensión arterial y ataques cardíacos. Incluyó también el estudio de la incidencia de ataques cardíacos en campos de golf, en ciudades de altas elevaciones visitadas por personas de tierras bajas y concluyó con las relaciones sexuales. Para cuando terminó su explicación Marlon caminaba de regreso al baño para apagar la luz. La cara de Érica estaba roja de furia, con dificultad se levantó de la cama. Marlon la esperaba con tranquilamente en el vértice de la puerta del baño, la paz de la resignación le había llegado. Érica, caminaba hacia él con una mano levantada buscando acertarle una cachetada. Sus pasos avanzaba con extrema dificultad. De pronto, la cara de enojo cambio a una cara de miedo con dolor intenso. Con sus manos se apretaba el corazón. Érica cayó de rodillas frente a él. Suspiraba ayuda. Suplicaban compasión. Siguió su trayectoria al suelo cayendo de lado. Marlon le buscó el pulso sobre la yugular, y nada. Se agachó para poner el oído sobre el pecho, y nada. Con apresurado sosiego Marlon bajó a telefonear a los bomberos. Para poder negar sospechas Marlon regresó al lado de Érica y trató de darle masaje cardíaco alternando con respiración de boca a boca. Todo en vano.

Mientras espera a los bomberos y sus intentos de resucitarla Marlon recordó las palabras de su profesor de ética y religión: «la honestidad es infalible».

 


Sobre «El recetario»

Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causó la nucleación del resto de la historia.

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El recetario parte 8

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El recetario parte 2

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El recetario parte 1

El recetario parte 1 Más de once años de matrimonio, de los cuales, diez y medio habían sido una tremenda ...

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

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El recetario parte 8

El recetario parte 8

Cuando Marlon entró a la cocina, pidió la atención de todos las personas, alcanzó vasos para todos. Les sirvió un par de dedos whiskey a cada uno. Después de unas palabras de agradecimiento brindó levantó su vaso. El personal reaccionó de la misma manera. Luego, Marlon extrajo de su saco unos sobres, entregándole uno a cada persona del staff de la cocina. Los sobres tenían una pequeña nota de agradecimiento y un cheque, recompensando su excelente trabajo. Su últimas palabras fueron: «Váyanse a descansar. Tómense el día mañana». Con esto Marlon lograba que la casa estuviera vacía para que el plan C entrara en marcha.

Érica se peinaba el cabello, sentada frente al espejo. Ella aún tenía el vestido puesto. Marlon se aflojó la corbata y colgó su saco en el closet. En el baño, Marlon se vio en el espejo por un largo rato buscaba quitarse el asco y encontrar la inspiración para tener sexo con Érica sin que se diera cuenta que fingía. Buscaba, también, tratar de hacerla alcanzar el ataque cardíaco y concretar el plan C. Al regresar a la habitación, ya con las pijamas puestas, encontró que su esposa todavía se cepillaba el cabello. Marlon se sentó en la esquina de la cama y le empezó a comentar sobre las reacciones de los invitados a la cena. Mientras Érica incluía sus comentarios Marlon notó, a través de la patas de la banca, la pálida pantorrilla de su esposa. En su mente pensó: «Allí se esconde el paté de ganso que le serví el 1 de mayo de año pasado». Se acercó a ella y la tomó por los hombros. Con su mentón le hizo su pelo a un lado, a manera que su cuello quedara expuesto a un beso. Durante el tierno beso, Marlon se sintió Drácula, a punto de empezar un banquete.

La morcilla del 14 de enero, se le vino a la mente. Continuó dándole pequeños besos alrededor del cuello imaginando los platillos y las fechas cuando los preparo. La tomó de la mano y guió a Érica, gentilmente a la cama. Durante la trayectoria de la silla a la cama, Marlon sintió el grosor de los dedos y lo ajustado de la argolla de matrimonio, recordándole las longanizas del 24 de abril, y los chorizos del 2 de octubre. Una vez sentada, Marlon se hincó frente a ella y con delicadeza le quitó los zapatos a Érica, con el zapato izquierdo recodó la ensalada de queso mozzarella fresco con extra aliño del 2 de enero y con el zapato derecho revivió las albóndigas suecas del 11 de julio. Continuó con las medias. El acto de deslizar-enrollarlas le trajo a la memoria el guiso de conejo que preparó durante Semana Santa. Por un tiempo acaricio las piernas desnudas, lo cual causó que una cascada de platillos pasara por su mente. Todas las recetas que involucraban algún tipo de ave: pollo horneado (7 de julio), pavo de día de gracias (27 noviembre), pato en naranja (9 diciembre), ganso en salsa de ciruela (8 septiembre), codornices con panceta (4 junio), faisán en crema con olivas (13 agosto), e inclusive avestruz frita en aceite de almendra (20 de octubre). Marlon se paró frente a Érica, quien seguía sentada mientras que con sus manos alcanzó el zipper del vestido en la espalda de Érica. El crujir del zipper mientras lo bajaba le fue sinónimo del hervor de la paella del 28 de mayo. Marlon terminó desnudándola. Verla a ella acostada, con su piel color masa, sobre sus sabanas verdes le recordó el tamal de navidad (23 de diciembre). Empezó a tener sexo con ella. Un sexo paciente y delicado. Marlon estaba involucrado en un proyecto maratónico, que buscaba el orgasmo que le hiciera explotar el corazón.

 


Sobre «El recetario»

Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causó la nucleación del resto de la historia.

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Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

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El recetario parte 7

El recetario parte 7

Al mes de la llegada de su esposa a Totonicapán, Marlon se sorprendía de la resistencia del corazón de Érica. La idea del plan C le era repugnante pero cada vez se convertía más necesario.

Con el pretexto de celebrar la apertura de la fábrica y la sala de ventas, Marlon decidió invitar a cenar en su casa los representantes del gobierno local, líderes comunitarios y gerentes de la fábrica. En total, incluyendo a Marlon y Érica, eran 15 los comensales. Marlon planificó todo, dejando instrucciones al personal de la casa. Intencionalmente Marlon no le comentó del evento a Érica hasta la noche antes, el tenía esperanzas de que una dosis extra de estrés evitará que él tuviera que concretar el plan C.

Los invitados empezaron a llegar y los vaso se llenaron de bebidas de todas clases. La última persona de entrar a la sala fue Érica. Esto decepcionó a Marlon. Quien después de empinar su vaso, puso una cara de alegría, y se dijo en la mente: «Plan C entra en marcha». Mientras Érica saludaba a los invitados Marlon le preparó una bebida, la cual le entregó mientras le suspiraba en el oído: «Te ves magnífica». Marlon, se excusó por un momento con el pretexto de ir a supervisar la cocina. Lo primero que hizo al entrar a la cocina fue servirse un vaso de whiskey, el cual compartió la mitad con la figura de Ma’ximón que estaba sentada en la esquina. En silencio le pidió: «Dame fuerza, para más tarde».

La cena estaba lista. Los invitados pasaron a la mesa, y después de un par de discursos congratulatorios que hacían referencia a los esfuerzos de Marlon, los invitado degustaron de una cena increíble. Durante la cena Marlon percibió que la mirada de Érica, contenía orgullo y satisfacción. Inspirada al ver a Marlon en el lugar principal de mesa, siendo el foco de atención. Marlon respondió a la mirada de Érica con un guiño, el cual causo una sonrisa picaresca en su esposa. La cena terminó siendo un éxito rotundo. Después de despedir a los últimos invitados en la puerta, Marlon regresó a la sala, donde Érica le esperaba. Le besó la frente y le instruyó que se fuera al cuarto, agregando que él le alcanzaría de después de revisar la cocina y hablar con el personal.

 


Sobre «El recetario»

Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causó la nucleación del resto de la historia.

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El recetario parte 3

El recetario parte 3 La verdadera razón detrás de esta acción fue evitar que Lucía se convirtiera en cómplice. La ...

El recetario parte 2

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Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

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El recetario parte 6

El recetario parte 6

La reunión del miércoles empezó puntual. En 30 minutos, Marlon logró convencer a su suegro y cuñado de la necesidad de la compañía a expandirse al altiplano. Con precisión en sus palabras Marlon explicó la falta de competencia en el mercado potencial. Presentó un F.O.D.A. bien detallado. Con su discurso, Marlon construyó el pilar perfecto desde el cual él dirigiría las operaciones de expansión. El suegro quedo impresionado por la idea. Inclusive reconoció la evolución de Marlon en la empresa diciendo: «Una idea como esta no hubiera surgido de Marlon un año atrás.» Mientras que el cuñado se sentía amenazado, sabía que si Marlon continuaba con esas ideas le quitaría la oportunidad de ser gerente general de la empresa cuando su padre se retirara. Marlon, había calculado la reacción del cuñado y para neutralizar las posibles tensiones entre él y el cuñado dijo para concluir: «Es para mi un gran honor estar y continuar, por muchos años más, al servicio de la familia Pop Macal.»

En menos de un mes la sala de ventas estaba en operación y a los dos meses la planta de producción estaba en marcha. Durante este tiempo Marlon viajaba entre Totonicapán y la capital. En los fines de semana se dedicaba a cocinar para su esposa. Preparaba comidas de siete platos, desde aperitivos bañados en sal, hasta postres que sudaban manteca azucarada. En estos dos meses de separación, Marlon notó que su esposa bajó de peso. Sin vacilar decidió que era hora del poner en marcha el plan B. El cambio de altitud sería de casi mil metros. Con determinación le anunció a Érica la compra de una casa y asertivamente la invitó mudarse con él a Totonicapán. Sorprendida por el cambio de personalidad que Marlon había mostrado en los últimos meses Érica aceptó. También, le entusiasmaba la aventura de vivir en un lugar desconocido.

A la semana de haber llegado a Totonicapán, Érica había recuperado las libras perdidas y se encontraba en camino a empezar a aumentar de nuevo. La altitud contribuyó al aumento de peso, porque cualquier movimiento era mucho más difícil. La altitud también le provocaba sueño durante el día e insomnio durante la noche. Lo cual Marlon aprovecho para capitalizar y dejarle galletas y pasteles preparados para que Érica refaccionara durante sus horas de desvelo. Los casi tres mil metros de altitud hacían que cada movimiento de Érica fuera acompañado por jadeos y respiraciones profundas. Levantarse del inodoro la dejaba sin aire, comer la dejaba sin aire, inclusive rodarse para salir de la cama le aceleraba el corazón. A Érica ya no le era posible contestar el teléfono. Porque al llegar al aparato ella se sofocaba de tal manera que no le permitía hablar por el auricular.

 


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El recetario parte 5

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El recetario parte 3

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El recetario parte 2

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El recetario parte 5

El recetario parte 5

Los suegros jugaban su mejor juego, el cuñado venía de goma y no echaba ninguna. En cambio Marlon, dejo de pretender que era malo. Su tarjeta mostraba un punteo en par con el campo. El puntaje de ellos hubiese sido menor pero el estado de salud Érica no estaba contribuyendo. Andar con la bolsa de palos de golf le estaba costando a Érica. Quien oscilaba tambaleándose mientras caminaba las cortas distancias entre el carro de golf y el tee de salida. Cada bocanada jadeante de aire que Érica tomaba, cada paso tambaleante, y cada swing de Érica, eran un chispazo de esperanza que aprontaban el fin. En el agujero 7, Marlon y su cuñado habían cumplido con su turno y se dirigían en dirección a carro cuando escucharon un grito que pedía ayuda del suegro. El cuñado inmediatamente botó la bolsa de palos y corrió hacia los gritos. Marlon, pensó que el ataque había llegado rápido. Sintió una gran alivio. Sintió como si alguien le hubiera quitado los palos de golf de la espalda. Recordando que tenía que mantener la apariencias, Marlon levantó los palos de golf del cuñado y corrió en dirección al carro de golf. Lo arrancó y se dirigió hacia los suegros. Las esperanzas de Marlon se esfumaron cuando reconoció los pies de la suegra postrados en el suelo. Al llegar el carro, lograron subir a la suegra. La suegra, de alguna manera se había tropezado y al caer se lastimó el brazo. Con esta urgencia el juego fue suspendido y la apuesta postergada.

Mientras esperaban para recibir más información sobre el brazo su suegra Marlon maquinaba los pasos a ejecutar el plan B. La prognosis de la suegra era positiva, una pronta recuperación después de unas sesiones de fisioterapia. El diagnóstico era un desgarre en el deltoides izquierdo, que sucedió cuando trato de detener la caída.

El lunes, Marlon llegó temprano a la oficina, ni el suegro o el cuñado hablaron sobre el partido de golf en la oficina. Cosa que era inusual. Comúnmente se estarían burlando de cuantas pelotas Marlon había perdido en el agua. El único intercambio de palabras que hubo entre ellos fue cuando él los convocó a una reunión para el miércoles. En la reunión Marlon les presentaría su plan de expansión de la compañía en el altiplano de Guatemala.

 


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El recetario parte 4

El recetario parte 4

Si la receta decía agregar una cucharada de sal, Marlon empezó a agregar más y más, poco a poco, hasta que cuadruplicaba las cantidades. De esta forma el paladar de Érica se fue acostumbrando a la sal. Con la grasas hizo lo mismo, pero no sólo aumentó las cantidades. Marlon empezó a agregar mantecas altas en colesterol, usando manteca de cerdo, ganso, pato, etc.

Seis meses después de haber empezado a cocinar, Érica ya mostraba un aumento considerable de peso, ya se esforzaba al salir de la cama y los pies los mantenía hinchados. Marlon, en cambio había logrado mantener su peso. Un miércoles, Érica llamó a Marlon a la oficina para contarle los resultados de un chequeo médico. Érica le dijo, que los resultados eran fatales, todo lo tenía alto, la presión arterial, los triglicéridos y el sobrepeso. Del otro lado del teléfono, Marlon con la voz concordaba con las palabras del doctor y con la cara expresaba satisfacción. El doctor recetó una dieta, pastillas y ejercicio. La dieta, Marlon se encargo que la odiara, modificando los tiempos de cocción y las especies añadidas. A la semana, la dieta se quedo en el olvido. El ejercicio y las pastillas no tardaron en seguirle los pasos de la dieta.

Al año de haber empezado su plan, Marlon se sentía orgulloso de las lonjas que colgaban de Érica. Los dobleces de piel, las estrías, la celulitis y tejido adiposo que caía cubriendo la mitad de la rodilla. Le daban una fascinación casi fetichista. Era hora de la segunda parte del plan, incitar el ataque cardíaco. Su investigaciones, mostraban que habían tres actividades que tenían una alta incidencia de ataques cardíacos: jugar golf, los cambios de altitud y relaciones sexuales. Marlon dejó para de último el contacto sexual con Érica.

El primer intento fue el golf. Marlon sabía que a su suegro y cuñado les gustaba jugar golf. Él detestaba jugarlo, pero siempre asistía a los juegos familiares. Para evitar las conversaciones Marlon pretendía ser peor de lo que en realidad era. El sábado decidió organizar un partido con el pretexto de que era tiempo de que jugaran en parejas. Para enganchar a su familia política decidió presentar una apuesta. Marlon ofreció la carnada perfecta, el perdedor paga la cena. El sábado llegó y Érica se quejaba de las problemas respiratorios pero Marlon logró convencerla de que fuera porque el aire libre le caería bien.

 


Sobre «El recetario»

Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causó la nucleación del resto de la historia.

Las otras entradas son estas:

El recetario parte 9, final

El recetario parte 9 Le tomó las muñecas, colocándole los pulgares sobre la región del pulso. Meticulosamente calculando la venida ...

El recetario parte 8

El recetario parte 8 Cuando Marlon entró a la cocina, pidió la atención de todos las personas, alcanzó vasos para ...

El recetario parte 7

El recetario parte 7 Al mes de la llegada de su esposa a Totonicapán, Marlon se sorprendía de la resistencia ...

El recetario parte 6

El recetario parte 6 La reunión del miércoles empezó puntual. En 30 minutos, Marlon logró convencer a su suegro y ...

El recetario parte 5

El recetario parte 5 Los suegros jugaban su mejor juego, el cuñado venía de goma y no echaba ninguna. En ...

El recetario parte 4

El recetario parte 4 Si la receta decía agregar una cucharada de sal, Marlon empezó a agregar más y más, ...

El recetario parte 3

El recetario parte 3 La verdadera razón detrás de esta acción fue evitar que Lucía se convirtiera en cómplice. La ...

El recetario parte 2

El recetario parte 2 Las incesables opiniones, ridiculizando a los artistas, por parte de las dos familias envenenaron las raíces ...

El recetario parte 1

El recetario parte 1 Más de once años de matrimonio, de los cuales, diez y medio habían sido una tremenda ...

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

Si quieres descargar Hojarasca, el chapbook de Febrero pincha aquí.

También te puede subscribir a mi boletín para que recibas los chapbooks en tu email.

El recetario parte 3

El recetario parte 3

La verdadera razón detrás de esta acción fue evitar que Lucía se convirtiera en cómplice. La primera receta fue chuletas en una salsa de mostaza y estragón, acompañadas con papas cocidas con una salsa de mantequilla y pecanas tostadas. Por último, arvejas cocidas al vapor.

A través de la cocina Marlon revivió. Él sintió que la creatividad le salpicaba desde la olla. La cocina le dio una meta en su vida. En dos meses Marlon aumento quince libras y la figura de Érica empezaba a mostrar señales de relleno. A cualquier comentario que Érica le hiciera respecto a su cuerpo, Marlon le respondía con dulzura y le reafirmaba que ella se miraba mejor que nunca. Érica se tragó los comentarios como bollos endulzados. Al principio con cierta desconfianza pero la consistencia con la que Marlon respondía, empleando las técnicas de vendedor, lograron convencerla.

Lo hinchado de sus dedos alrededor de su argolla de matrimonio hicieron que Marlon, reconociera que necesitaba ejercitarse si pensaba sobrevivir a sus plan. Con la excusa de que estaba supervisando un nuevo proyecto empezó a salir más temprano de la casa. Al principio fue una hora y poco a poco fue incrementando su tiempo de ejercicio en la mañanas. Luego incluyó períodos de ejercicio durante la hora de almuerzo. Por último empezó a ejercitarse también después de la oficina. Marlon seguía firme en su misión, preparando exóticas recetas rellenas de grasas saturadas y sal para Érica. El almuerzo para el día siguiente y la cena los preparaba en la noche anterior. Su dedicación era tal, que en las mañanas de los fines de semana le preparaba el desayuno y se lo llevaba a la cama. Marlon le sacaba el jugo al las 24 horas del día.

 


Sobre «El recetario»

Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causó la nucleación del resto de la historia.

Las otras entradas son estas:

El recetario parte 9, final

El recetario parte 9 Le tomó las muñecas, colocándole los pulgares sobre la región del pulso. Meticulosamente calculando la venida ...

El recetario parte 8

El recetario parte 8 Cuando Marlon entró a la cocina, pidió la atención de todos las personas, alcanzó vasos para ...

El recetario parte 7

El recetario parte 7 Al mes de la llegada de su esposa a Totonicapán, Marlon se sorprendía de la resistencia ...

El recetario parte 6

El recetario parte 6 La reunión del miércoles empezó puntual. En 30 minutos, Marlon logró convencer a su suegro y ...

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El recetario parte 4

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El recetario parte 3

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El recetario parte 2

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El recetario parte 1

El recetario parte 1 Más de once años de matrimonio, de los cuales, diez y medio habían sido una tremenda ...

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

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El recetario parte 2

El recetario parte 2

Las incesables opiniones, ridiculizando a los artistas, por parte de las dos familias envenenaron las raíces de la creatividad de Marlon. En el espacio de unos meses, Marlon se había transformado de un artista con potencial a un vendedor de sala ahogado en el día a día.

Hacerse de amistades con sus colegas le fue imposible. Lo miraban con cierto recelo por ser el yerno del dueño. Con sus amigos del colegio perdió la conexión cuando se fueron estudiar al extranjero. Los años pasaron y el aislamiento de Marlon fue creciendo conforme avanzaba artificialmente dentro de la empresa de su suegro.

La idea de engañar a Érica con otra mujer se le había cruzado la cabeza, pero no con la intención de hacerlo, sino en reflexión a su imposibilidad de hacerlo. A Marlon desde pequeño le inyectaron en los huesos la idea de lealtad. Un principio inquebrantable que era más que él, que formaba parte de su ser, su nombre, su historia y su familia. Traicionar a Érica estaba fuera de la lista de posibilidades.

Un noche, mientras revisaba las noticias por internet se topó con un estudio realizado por un consorcio de universidades estadounidenses. La investigación mostraba la relación entre grasas saturadas, sal, presión arterial y su conexión con la alta incidencia de ataques cardíacos. El artículo indicaba que personas que consumían altos niveles de grasas saturadas y sal tenían una presión arterial alta y lo relacionaban con personas que padecieron un ataque cardíaco. A Marlon le pareció interesante el artículo pero no fue hasta que puso su computadora a la par de un libro de cocina que se le ocurrió la idea. Marlon se dio cuenta de potencial beneficio de combinar los resultados del artículo y la cocina. Desde ese momento él sería el único que cocinara para Érica en la casa.

Decidido empezar esa misma noche. Se dirigió a la cocina y respetuosamente le explicó a Lucía, la cocinera, que de hoy en adelante él se encargaría de preparar las comidas de Érica. La cara de Lucía cambio de colores mientras escuchaba las palabras de Marlon. Ella temía a que la palabra «despedida» saliera de la boca de Marlon. Marlon reaccionó al ver su cara, le puso la mano en el hombro y le dijo: «usted quédese tranquila, que todavía hay que cocinarle a Jesús y Olga. Además, las compras del supermercado serán más complicadas y le pediré su colaboración cuando tengamos invitados».


Sobre «El recetario»

Este cuento mezcla una de las cosas que más me gusta hacer, cocinar, y la realización de lo que sucede cuando por «estar ocupado» no cuido lo que como. Me di cuenta que lo yo estaba comiendo, y que no lo cocinaba yo, me estaba matando. Esta realización fue la idea que causo la nucleación del resto de la historia.

Las otras entradas son estas:

El recetario parte 9, final

El recetario parte 9 Le tomó las muñecas, colocándole los pulgares sobre la región del pulso. Meticulosamente calculando la venida ...

El recetario parte 8

El recetario parte 8 Cuando Marlon entró a la cocina, pidió la atención de todos las personas, alcanzó vasos para ...

El recetario parte 7

El recetario parte 7 Al mes de la llegada de su esposa a Totonicapán, Marlon se sorprendía de la resistencia ...

El recetario parte 6

El recetario parte 6 La reunión del miércoles empezó puntual. En 30 minutos, Marlon logró convencer a su suegro y ...

El recetario parte 5

El recetario parte 5 Los suegros jugaban su mejor juego, el cuñado venía de goma y no echaba ninguna. En ...

El recetario parte 4

El recetario parte 4 Si la receta decía agregar una cucharada de sal, Marlon empezó a agregar más y más, ...

El recetario parte 3

El recetario parte 3 La verdadera razón detrás de esta acción fue evitar que Lucía se convirtiera en cómplice. La ...

El recetario parte 2

El recetario parte 2 Las incesables opiniones, ridiculizando a los artistas, por parte de las dos familias envenenaron las raíces ...

El recetario parte 1

El recetario parte 1 Más de once años de matrimonio, de los cuales, diez y medio habían sido una tremenda ...

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

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