la lluvia

La lluvia

 Al principio las plantas, la tierra y los animales subterráneos estaban agradecidos por la lluvia. Después de tres horas de lluvia torrencial sus puntos de vista cambiaron. La preocupación y la lluvia empezaron a colarse en el suelo.

Las raíces llegaron al punto que dejaron de absorber agua. Las plantas que eran capaces transportaron aire desde la superficie hasta la raíz. Su objetivo era crear espacios entre el suelo y la raíz para los pelos de la raíz pudieran respirar. Arriba del suelo, a las plantas tampoco les iba muy bien. Gota a gota la lluvia castigaba sus hojas, sus ramas y su tallo como si fuera penitencia de monja en convento colonial. Después de tanta gota las hojas estaban doblegadas. Y el lodo que salpicaba del suelo se fue acumulando sobre las hojas, recargando aún más al tallo.

Los poros en el suelo se estaban llenando de agua poco a poco. Después de dos horas de lluvia la saturación del suelo era completa. Las corriente de agua empezaban a erosionar la superficie llevándose consigo las hojas caídas, exponiendo aún más área de suelo a los meteoritos líquidos. El suelo pasó a ser lodo. Un lodo más chicloso que la masa de pan, perdiendo su rigidez y socavando el soporte a las plantas.

Los animales subterráneos se adaptaron como pudieron. Las lombrices de tierra tenían peligro de morir sofocadas por el inminente colapso de las estructura del suelo. Las que pudieron salieron a la superficie. Otros invertebrados con suerte se subieron por los tallos cercanos y se percharon boca abajo en el envés de las hojas. Otros bichos que no fueron tan audaces perecieron.

Al día siguiente también salió el sol. El suelo continuó drenándose y secándose. Ahora esperaba la llegada de las nuevas semillas. Las plantas irguieron sus tallos y estrecharon sus ramas al sol. Los bichos que sobrevivieron empezaron la reconstrucción de los túneles que ventilan el suelo. Y así todo continuó.


Sobre «La lluvia»

Ver los campos saturados durante la lluvia me hace pensar en las dinámicas ecológicas del suelo. Especialmente como estas se cesan por un momento, se modifican para lidiar con el exceso de líquido o dejan de existir porque uno de los componentes perece.

Sobre la serie «Historias sin futuro»

Para marzo del 2018 les traigo la serie «Historias sin futuro». Una colección de narraciones cortas que describen a personas o situaciones. Estas narraciones las empecé a escribir con la intención de practicar, de ejercitar los músculos creativos y generar un proceso con la esperanza de que se convierta en hábito. Les agradezco su visita y como lo he hice con los post de enero y febrero voy a recopilarlos en un chapbook para que ustedes puedan descargar.

Si quieres descargar Hojarasca, el chapbook de Febrero pincha aquí.

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